Ir al contenido principal

Entornos  enriquecidos, cerebro y stress

La vida moderna y su vértigo, las inestabilidades de nuestro país, el individualismo actual y muchos otros factores externos, se alían a nuestros conflictos internos, tales como la lucha de “lo que debo” vs. “lo que quiero”, las señales angustiosas, las exigencias y los enredos emocionales…
Los problemas que arrastramos, “acariciamos” y no le damos el cierre o la solución definitiva…
Todo esto nos despierta el stress, la ansiedad que en grados crecientes puede llegar al distress, los trastornos del sueño, las manifestaciones orgánicas, la irritabilidad y la mala gestión de nosotros mismos y nuestras relaciones con los demás.
Así decimos: “Me siento mal”, “me falta el aire”, “no doy más”, “estoy pasado”, “tengo un nudo en el pecho”, y muchas frases que todos conocemos…
Sentimos que baja nuestro rendimiento, que perdemos el control, que nuestro cuerpo lo avisa y padece. Cuando la cosa “pasa de castaño oscuro”, se alteran los indicadores biológicos: la alimentación, el descanso, la sexualidad, la hidratación y el orden interno.
Hoy me quiero detener en algo de lo que podemos hacer para estar mejor y sobrellevar con mejor salud y bienestar estos estados.
A través de la neurociencia moderna sabemos más y mejor sobre el cerebro, su cuidado y su relación con el stress.
Muchos factores, como la nutrición, la inmunidad, la educación, la historia infantil, influyen y estructuran nuestro sistema nervioso.
Hoy sabemos que el cerebro (que además queremos que nos dure más y mejor por cada vez más años) es un órgano cambiante, delicado y dinámico. Así, el stress lo daña y hasta puede enfermarlo y esa enfermedad cronificarse o tornar incapacitante.
Uno de los factores más saludables que podemos considerar y desarrollar, son los entornos enriquecidos: A través de los mecanismos epigenéticos, las conexiones neuronales y las células de sostén cerebral, el cerebro evidencia su plasticidad y su carácter cambiante. Así, esta lectura está modificando el cerebro, así como tu entorno actual y tus intercambios lo influyen. Las modificaciones devienen en cambios en los neurotransmisores, como dopamina, endorfinas, serotonina y desencadenan cascadas hormonales que alcanzan sectores remotos del cuerpo.
Los núcleos y vías cerebrales involucradas, determinan nuestro desempeño ante el miedo, en las cogniciones, emociones y en la memoria.
Y eso determina nuestro “estar bien”, o “estar mal”
Una de las posibilidades que disponemos para cuidarnos y mejorar, es propiciar y acceder entonces, a esos entornos enriquecidos.
El ambiente y las relaciones interpersonales son factor de riesgo o factor protector, según sus cualidades.
Entonces, somos potenciales cuidadores o riesgo, para nosotros y los que nos rodean. Está en nosotros esa responsabilidad y potencialidad.
Mantener buenas relaciones, intercambiar afecto y valoración, alegría, estímulo y comprensión. También la música, el ejercicio y las actividades de relajación.
Técnicas milenarias hoy recicladas como el mindfulness, respiración, visualizaciones, hasta la ronda de mate y risas, los amigos y la vida sexual plena. Todo esto está a nuestro alcance y nos puede ayudar a cuidar nuestro cerebro y nuestro ser.
Las modernas técnicas neurocientíficas, hoy lo reafirman y lo demuestran con detalle.
Hoy y mañana necesitamos alimento, oxígeno y nutrición emocional en entornos enriquecidos… Para cuidarnos, cuidar y estar mejor!


                                                                                  Dr. Claudio Casas Médico Psiquiatra,                                                                                                        Terapeuta gestáltico
                                                                                  cpcasas@intramed.net

Comentarios

  1. Excelente Claudio. Me encanto. Me deja pensando cuan erroneos tenemos los conceptos de salud y bienestar en nuestra cultural. Se premia y celebra el puro sacrificio (no aquel esfuerzo q es el que nos permits llegar a nuestros objetivos)sino aquel que nos hace ser maquinas caminando acelerados ,sin poder detenernos y asi pasan y pasan los dias olvidando la necesidad y posibilidad de hacernos tiempo para el disfrute o a veces para simplemente "no hacer nada" que es tan necesario.
    El buen entorno y Los amigos son excelentes antidotos!
    Un hermoso desafio en estos tiempo para no ser devorados por la impotencia de una vida llena de obligaciones pero aburrida!!

    ResponderBorrar
  2. querido Claudio, con vos hace ya 20 años. cerre algunas relaciones en donde todo estaba relacionado
    con el afecto la pareja y su viabilidad. durante ese tiempo. aparecieron los 7 nietos que hoy tengo pero
    que no disfruto a pleno. recurri al aislamiento tal vez pór mi bipolaridad. me llegaron tus parrafos, porque
    quizas se volvio a abrir ese capitulo que contigo crei cerrar. Bueno espero que leas mis sinteticas palabras.
    un abazo.
    RICARDO. 26/10/2019,-

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

  Estar en eje… qué es? Palabras clave: Eje – Siento – quiero – Necesito – darse cuenta - Equilibrio A menudo escuchamos: Hay que estar en eje… Anhelamos no perder el eje y lamentamos cuando lo perdimos. “ ¡Mantené tu eje! ” , nos aconsejan y sabemos qué difícil puede resultar a veces… Pero: Qué es eso? Mabel Allerand, destacada pionera gestaltista me enseñaba hace mucho tiempo lo siguiente: Estar en eje es saber qué siento , saber qué quiero y saber qué necesito. Estar en eje así como perderlo, es entonces, una tarea afortunadamente personal, de autoconciencia, que no depende de los otros y que me hace autónomo y responsable de mí. No me sacan de eje, a lo sumo salgo . Lo primero señalado, es saber qué siento . Y este sentir, (como todo…) es corporal. Lo que siento es esencia de lo vivo, de mi existencia. Es origen de lo que soy y hago, propio de las vivencias y siempre nuevo, aquí y ahora. Lo que siento es ajeno a mandatos, deb...
Tenés miedo…? La condición humana está fuertemente signada por el miedo. Arrojados a la existencia desde el parto, (...o antes) la experiencia de temor acontece en múltiples circunstancias. Miedo a la incertidumbre, al castigo, a la muerte, a la derrota, al abandono y tantos otros. Miedo a la vulnerabilidad, a la intemperie, al desamparo, el dolor y sigue la lista. Es así también, como tantos y tantos nombres pretenden disimular el miedo: Precaución, inseguridad, temor, susto, cautela. ¿Podrías agregar otros eufemismos a la lista? ¡Seguro! Hoy se piensa que detrás de todo nuestro hacer, está el lidiar con el miedo. Suena fuerte ¿No? Las distintas corrientes psicológicas abordaron extensamente esta temática. El temor a la castración y al incesto en el psicoanálisis, la actitud básica fóbica en Gestalt, el aprendizaje condicionado y la evitación en los modelos cognitivos, y tantos otros. Los mecanismos de defensa son herramientas de respuesta frente al miedo. La filosof...
    Afrontar o evitar, ¿Qué elegís?   En la vida diaria , abordamos situaciones que nos representan como “cuellos de botella”, dilemas mayores y menores… Se visten de oportunidades, desafíos, decisiones, elecciones y también amenazas. Nótese que digo abordamos y no enfrentamos… Enfrentar, indica ya un posicionamiento propio ante la situación, que a menudo puede empeorar las cosas. Abordar cuestiones, de manera flexible, inteligente y creativa, desarrolla nuestra pericia, nuestros recursos y genera aprendizaje. Pocas veces las amenazas, son tales. Muchas veces, percibimos amenazas, donde solo hay desafíos… Esta buena distinción es fundamental y será parte de la solución, o modo de agravar el problema. Otro discernimiento clave, es entre la situación real y las múltiples y catastróficas imaginaciones que nuestras malas evaluaciones nos despiertan… Imaginamos miles de posibilidades desfavorables… que nunca ocurren… ¿No? Si finalmente logramos ent...