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Mostrando las entradas de junio, 2019

…Y no nos gusta que nos manipulen!

…Y no nos gusta que nos manipulen! Nuestro niño interior, tiene necesidades tan básicas como son el oxígeno y el alimento; y su atención diaria, signa nuestro transcurso durante toda la existencia. Así como necesitamos el agua y la comida, necesitamos todos, afecto y valoración , un abrazo y un aplauso , para seguir adelante. Adultos, ancianos y jóvenes, locales y foráneos, todos necesitamos aire, alimento, agua, afecto y valoración…diariamente, ayer…hoy… y mañana. Nuestro niño interior, carente y necesitado, ante la amenaza de no recibir lo necesario, comienza a utilizar conductas heredadas, aprendidas o inventadas, más o menos   conscientes o inconscientes, para calmar las necesidades emocionales. Así “jugamos” a desvalidos, seducimos de algún modo, compramos con dinero u objetos, llamamos la atención, sugerimos sin decir, exigimos, culpamos o presionamos…etc…etc… intentando obtener de los otros, la respuesta deseada. A estos comportamientos, los llamamos mani

La grieta

                                                                 La grieta “Pasta o carne?” dicen en los aviones.  “Boca o River”? dicen en las tribunas.                            “Celestes o verdes…?”. “Federales o unitarios?”, “Rosistas o antirosistas?” …para no ahondar en ejemplos más recientes.    Menú uno o dos?, Combos preformados. La tendencia es a uniformar. A restringir la posibilidad de elegir, de pensar, de ser…           Atraparnos en opciones troqueladas que cercenan la libertad y acotan lo diverso. Se necesita un mundo binario, para que sea más fácil de manipular. Así identificado con un bando, veo a “los buenos” de mi lado, positivos, esperanzadores, inspirados en los mejores ideales, como un santo ejército hermanado para la mejor transformación.                                                                                                                                      Hasta parece que somos y pensamos parecido en todas las cosas. A

Transponiendo los cuarenta..."El siete de oro"

Transponiendo los cuarenta… El siete de oro Pasados los 40 años, más o menos, un chequeo, un dolor o alguna señal rara en la salud, nos lleva a la consulta médica. Allí, cualquiera haya sido el motivo de comienzo, hacia el final de la consulta el Doctor nos espeta en distinto orden, la fórmula magistral: “Reduzca la sal, ingiera menos grasas, realice actividad física, deje de fumar, modere el consumo de alcohol, evite el stress y baje de peso.” Es lo que llamo aquí: “ el siete de oro ” Si hasta ese momento habíamos gambeteado algunas cuestiones que suelen traer el paso de los años, como un balde de agua fría, nos anoticiamos de pronto del fin de la juventud… Con ella, se va nuestra creencia omnipotente, arrastrando también la remanida postergación de metas para “más adelante”, o para “cuando sea grande…” Cabe aclarar a esta altura que aquellos consejos médicos son útiles, dan resultados y cada vez más se recomiendan a personas de edades menores. Pero aquí me estoy