El niño interior, aquel aspecto emocional, sensible, vulnerable y trascedente de nuestro ser, es universal. Se manifiesta con palabras sencillas y comprensibles para cualquiera: Tengo miedo, te quiero, me siento solo, estoy feliz… Aceptada y registrada, la existencia de este niño en nuestro ser, observamos que frecuentemente lo situamos en el centro de nuestro pecho y nos permite responder con ese registro, a la pregunta: ¿Qué sentís? Así nos reconocemos carentes, necesitados, vulnerables y hambrientos de dos necesidades esenciales y permanentes: Necesitamos afecto y valoración. Yo. Tu, ella...los chinos, romanos y sefaradíes…revolucionarios, antiguos y nómades…capitalines y provincianes… Todos iguales en esas necesidades: Un abrazo y un aplauso. Estas breves palabras sintetizan mucho de nuestro avatar cotidiano. Salimos al mundo a asistir recíprocamente nuestros niños interiores. A buscar día a día la atención de esas dos carencias, hagamos lo que hagamos y estemos
Blog creado por el Dr. Claudio P. Casas. Médico Psiquiatra Psicoterapeuta gestáltico. Contacto: cpcasas@intramed.net