La
grieta
“Pasta o carne?”
dicen en los aviones. “Boca o River”? dicen en las tribunas. “Celestes o verdes…?”.
“Federales o
unitarios?”, “Rosistas o antirosistas?” …para no ahondar en ejemplos más recientes.
Menú uno o dos?, Combos preformados.
La tendencia es a
uniformar. A restringir la posibilidad de elegir, de pensar, de ser… Atraparnos en opciones troqueladas que
cercenan la libertad y acotan lo diverso.
Se necesita un
mundo binario, para que sea más fácil de manipular.
Así identificado
con un bando, veo a “los buenos” de mi lado, positivos, esperanzadores,
inspirados en los mejores ideales, como un santo ejército hermanado para la
mejor transformación.
Hasta parece que somos y pensamos parecido en todas las cosas.
Así, “ellos”,
pasan a ser “los otros”, el enemigo, los malos, el demonio y culpables de todo.
“La culpa siempre
es del otro”, parece ser el añejo y consensuado lema de la humanidad.
El problema es
que “ellos” piensan que “los malos” somos “nosotros”, y así nos agrupan para
vernos enemigos, mientras “nosotros” creemos que los malos… son “ellos”.
La vieja mecánica
solo admisible en los juegos de la infancia: Unos son solo buenos y otros…solo
malos.
Es suficiente con
que uno cambie de bando, para empezar a verlo ahora como agradable, saludable e
inmediatamente menos demoníaco…
Así nos resulta
razonable tragarnos los sapos propios y hasta justificarlos, mientras
repudiamos y denunciamos los sapos de “los otros”, hasta el cambio de lado.
Ahora los tragan “ellos”…
Y alguien saca
provecho de estos disimulos. La mitad tolera unos sapos y la otra traga los
otros.
La polarización
creciente aumenta el rechazo y separa aún más a las personas en bandos
irreconciliables. Crece el resentimiento y la repulsión.
Y nos apuramos a
encasillar en vez de conocer o explorar.
Ficciones de la
percepción, terrenos fértiles para la manipulación…
Ser uno mismo y
ejercer la libertad de pensar y actuar, siempre fue tarea difícil,
transgresora, peligrosa y objeto de malas miradas…
Rehuir de las
etiquetas es trabajoso y puede inquietar a los poderosos.
Escribo hoy para
manifestar mi aprecio por la libertad de ser y hacer y de responsabilizarnos
por la propia acción que nos muestre en el arte de ser yo mismo, particular, diverso e irrepetible…así como cada uno de
los otros.
Poder pensar y
opinar desde mi conciencia en libertad, y cotejar con los otros.
De esto se trata
también la apreciada Salud Mental.
Elegir ser y respetar
al otro, a los otros y más aún al distinto, e intentar percibirlo tal cual es,
y escucharlo para ver si puedo captar su esencia, su naturaleza y la gracia de
su diversidad.
Dr. Claudio Casas Psiquiatra – Terapeuta Gestáltico
cpcasas@intramed.net
Una gran subestimacion de nuestras condiciones humanas ejercen e intentan ejercer los poderosos sectores y las personas q forman parte d ellos....
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