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La posibilidad  sanadora del enojo

El enojo, es una recurrente fuente de angustia, malestar y dificultad en los vínculos.
Conviene dar una mirada más detenida y profunda sobre sus orígenes y su tramitación, dado que es una de las vivencias que más mal gestionamos y que suele provocar consecuencias indeseadas.
Así solemos “tragar” el enojo, cosa que no queríamos, o enfurecer y generar mayor enfrentamiento, rechazo o distancia, meta que tampoco deseábamos.
Encontrar entonces un curso distinto, un trámite más acertado, está en nuestras posibilidades y merece investigarse. El enojo esconde una gran energía y una posibilidad sanadora, que puede alcanzarse, si aprendemos a gestionarla mejor.
Veamos:
El enojo es secundario a dos emociones básicas que lo anteceden y que su adecuada atención, puede darle un camino diferente al proceso.
El enojo nace de la tristeza por lo que ocurrió (defraudación, desilusión, “esperaba otra cosa”…) o del miedo (a que eso que pasó, vuelva a ocurrir…)
Entonces, reacciono con enojo.
Si entonces registro mi emoción primitiva, accedo a la posibilidad de darle un curso diferente al de enojarme. Expresar la emoción verdadera: Me duele, me asusta.
No lo trago y no desvío o agravo el conflicto.
El paso siguiente, es utilizar toda la energía en la meta necesaria. Con vehemencia, determinación, pero sin enojo.
Si por ejemplo, reclamo la resolución de un asunto pendiente, ver cómo hacemos para resolver ese asunto cuanto antes. Y se acaba el enojo.
Lo mismo con una deuda, un objeto prestado, un desplante o un acuerdo roto. No distraer energía en lo que pasó y conducirla a resolver ahora y para adelante. Con el otro y no contra el otro.
En síntesis, a través de la expresión de la emoción auténtica, accedo a la posibilidad de darle un curso positivo y creativo a la energía, que conduzca a la resolución y no al agravamiento del problema.
A registrar y expresar mejor lo que realmente me pasa y a darle al tema un camino de superación.
La madurez nos enseña que las diferencias, los desencuentros y los conflictos, son inevitables…
Saber entonces qué hacer con ellos y gestionarlos mejor, es un crecimiento a alcanzar, para evitar caminos de dolor ya conocidos y transcurridos hasta el hartazgo, con enormes costos emocionales y de los otros.
Exploramos?


                                                                             Dr. Claudio Casas Psiquiatra – Terapeuta Gestáltico   
                                                                            cpcasas@intramed.net



El presente artículo puede ser complementado con el siguiente video del Dr. Norberto Levy https://www.youtube.com/watch?v=_21j45BeLJA
                                                                                                                                             




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